jueves, 27 de junio de 2013

Preludio a una odisea

preparo un viaje desde un folio de papel reciclado 

La prioridad es graduar el punto de vista con el que voy a subirme al bus que me llevará fuera de Andalucía, porque será un aprendizaje de principio a fin, porque no debo dejar de reírme de mi mismo durante todo el proceso, porque por unas cosas u otras estoy preocupado y ansioso.

Madrid, Ginés Collado va a redescubrirte. ¿Eres la ciudad que he conocido o ahora que me lanzo en distintas circunstancias a tu encuentro te veré distinta? Desde luego, me ocurrirá lo que (gratamente, ¡muy! gratamente) me ocurre en cada viaje: la vuelta se disfruta, se paladea muy felizmente; es el retorno a la zona de confort.

Ajustemos las lentes. Una atenta, precavida, cauta, indiscreta que podría funcionar. Puedo discrepar al llegar a la Villa y Corte, presentar una entrada totalmente distinta. Pueden evolucionar las entradas a lo largo de la experiencia. Me demuestro, por tanto, que algo va a existir, que no es totalmente definible hasta que no esté escrito, que dejarlo todo atado y bien atado es imposible y absurdo.

Creo que de no haber leído una u otra cosa de Erika Martínez, esto que me propongo no tendría la forma que le voy a dar. Sería otra cosa, sería distinto. He sido (¡oh!) influenciado por lo que he leído.

lunes, 24 de junio de 2013

Solsticio de verano

Esta noche, todas las costas del mundo se embrujan. Cuando encienda la hoguera, comenzará el ritual; el duende acecha.
Esta noche es la más corta del año, ha sido el día más largo. Desde hoy, los días serán más cortos, las noches más largas. Bajamos al mar a celebrar este cénit. Cada hoguera es un altar al sol, y se convierte en el centro de una liturgia con los amigos y la familia. Un ritual anual.

A medianoche comienza el rito. La fuerza se hace llama, la arena se ilumina y una línea de luz cubre las costas. Las iluminarias invitan a correr al agua, y el primer baño del verano es el contrapunto y final. El resto es celebración. Y de tan corto que resulta todo, se hace eterno.

Nadie se fija porque todo el mundo lo siente. Las costas se embrujan, las personas se enduendan. El duende habita en cada cala y baila alrededor de las fogatas, en una noche de esplendor.

después del fuego viene el agua
y la muerte ¿qué muerte? se olvida