domingo, 27 de octubre de 2013

Dos puntos

Primer punto: Pablo García Casado. Dinero. Año 2007.

No se cuanta gente veía venir esta situación que hoy vivimos, pero el cordobés lo intuía. Su libro se publica en el 2007; entre que lo amalgama en la cabeza, empieza a escribirlo, lo perfila, lo corrige, le busca una salida... ¿cuando empezaría a preludiar, en el año 2005? Es un libro profético. En años posteriores, 2008 o 2009, se tomaría como un poemario observador, acertado, real. Terrible. Pero aparece antes de la caída, antes de que la ola se adivinase; el cordobés la intuye. Como Raghuram Rajan.

José Luis Rodríguez Zapatero. Comparecencia en el Congreso. Doce de mayo del año 2010.

Segundo punto: Erika Martínez. El falso techo. Año 2013.

La protección del Reino de España desaparece, paulatinamente, como un desvanecimiento. Se desmantela la estructura social, sálvese-quien-pueda provoca víctimas. Primer techo viene a testificar lo ocurrido, cómo hemos llegado a esto. Está redactado en medio de la debacle social, viviendo cada decreto-ley a pie de calle. Toma de conciencia, momento de observación. Atención. Nos quedamos desnudos.

¿Por qué? Porque forman un conjunto. Un preludio y una constatación. Pisan terrenos sociales, terrenos realistas, están escribiendo en la calle. Atienden los problemas. Me incitan a no estarme quieto, actúa.

martes, 15 de octubre de 2013

De Maglor

Y se dice que Maglor no pudo resistir el dolor con el que el Silmaril lo atormentaba; y lo arrojó por fin al Mar, y que desde entonces anduvo sin rumbo por las costas cantando junto a las olas con dolor y remordimiento. Porque Maglor era grande entre los cantores de antaño, y sólo a Daeron de Doriath se nombra antes que él. Y así fue que los Silmarils encontraron su prolongado hogar: uno en los aires del cielo, y uno en los fuegos del corazón del mundo, y uno en las aguas profundas.
J.R.R. Tolkien - El Silmarillion 

Todas las losas que soporta Tolkien son producto de malos lectores y prejuiciosos que no lo han leído. La solución es made in Borges, léete un libro sin más conocimiento que el texto que tienes delante. Abre los ojos y leerás.