jueves, 7 de febrero de 2013

Té verde durante el día

Bárcenas estará dándole las gracias a su amigo Trías ahora mismo. La población exige sacrificios, y preparan altares, y afilan los cuchillos ceremoniales frente a las sedes del Partido Popular. Otros escuchan, observan y callan. Quizá alucinan, quizá se encogen los hombros. Sobre estos últimos, alguna vez leí que son los más peligrosos, se les obliga ser partícipes cuando quieren ser ajenos.

En el mismo instante en que habla Dolores de Cospedal, replica Alfredo Pérez Rubalcaba, aparece correctísima Esperanza Aguirre y se nota la ausencia de otras voces (tónica general), me preparo un té. Me gusta que tenga sus tiempos y sus protocolos: la temperatura del agua y el tiempo de infusión son claves; me gusta respetarlos. Preparar la bebida te detiene, y hasta que no vuelves a sentarte en el escritorio con la taza caliente, no te das cuenta que tu mundo se ha centrado en convertir el agua en un líquido dorado verdoso.

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