martes, 2 de abril de 2013

Esta tarde quise verano

Y se me ocurrió que bajaría a la playa. Que me pondría moreno, ¿por qué no? ¡se acabó el blanco calavera! Calor para rato, y un libro para degustar. Echaría la esterilla, me tumbaría, sacaría mi lectura y déjenme la mañana tranquila que estoy ocupado. Muerte al frío, se acabó tanto abrigo. Camisas de lino para un café en la terraza, un punto fino con un sombrero de Panamá. Una sonrisa a una mañana soleada. 

Dar las gracias a esas duchas soltando arena. Sacar las chanclas y las sandalias.

Dar las gracias al cambio de hora.

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