Películas concomitantes que problevuelan la baladra. Almosas cómodas para soñar, para escricir a un cipomigo. Restos prestos a recorcaer en un bolsabismo de Doraemon. ¡No me inspecciomiren así!
Me dicen que el Duende está presto a invocarse. Quien lo contemple, será bendecido.
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